La estación del más.

Llega el verano, y con el nuestra vena más aventurera. Aprovechando que el sol está en lo más alto y que resplandece casi tanto como una buena sonrisa; aprovechamos maleta en mano y nos vamos a cualquier lugar que se deje explorar o a alguno ya explorado pero con el que siempre te quedas con ganas de volver.

Y ahí te ves de estación en estación, a veces en compañía y otras sola, buscando calmar ese estrés que suelen acompañarte durante todo el año, ahora si que es el momento, ahora si que decimos mucho más a menudo eso de  «Carpe Diem». No se si serán las altas temperaturas, el hecho de tener la sangre más caliente o simplemente esa sensación que sentimos cuando los rayos de sol inciden en nosotros, pero esta estación siempre nos deja con ganas de más y es que es la estación de más.

Más risas, más alcohol, más baile, más fiesta, más piscina, más sonrisas, más amor, piel más bronceada, pelo más claro, más sensación de libertad, más playa, más arena en los zapatos o en los bolsillos, sea lo que sea todo es más y hay pocas cosas que sean menos. Y eso me gusta y mucho.

Y es que hay atardeceres que merecen estar colgados en el Museo del Prado como poco. Amaneceres que nunca serán desvelados. Amantes esperando no ser descubiertos y otros que lo piden a gritos. Noches de estrellas fugaces pidiendo deseos sobre cualquier capo. Amigas deseando reencontrarse. Piscinas llenas de algo más que de agua, llenas de tardes de compartir conversaciones tratando de arreglar nuestros pequeños minimundos. Estaciones que despiden sonrisas ilusionadas que marchan unos días, unos meses o unas horas.

L.

Cuatro

Las diferencias.

Sí. Esas cosas que te separan de alguien, de su forma de pensar e incluso de su forma de ser. Esas diferencias que nos alejan, nos distorsionan, nos amargan, nos hacen divergir.

Es bonito coincidir con los gustos, las ideas, los pensamientos de alguien. Formar parte de lo mismo, sentir incluso, lo mismo. Querer lo mismo, Bailar la misma canción. Porque os gusta, porque la sentís igual. Es bonito coincidir.

Sería genial, sí. Tener alguien que sea tu otra parte con la misma esencia que tú. Que siendo dos, os sintáis uno. Por que estáis hechos el uno para el otro.

Sería genial.

Pero ¿y lo bonito que es no tener nada en común? no poder asentir ante nada ni nadie porque sois distintos, ¿qué? ¿qué me dices de eso? Querer cosas diferentes, intentar avanzar hacia metas incluso contrapuestas. Eso es lo que nos enseña a ver que con la misma fuerza que tú crees en algo hay alguien, a tu lado, que con una cultura similar, piensa totalmente diferente. Que quiere cosas diferentes.

Si. Me gustas así. Distinto. Con alas, con sueños, con ideas, con gustos diferentes. Eres único. El único que es así. Y me gusta, me gusta verte, ilusionado ante los nuevos desafíos, dispuesto a tirarte al vacío, porque sí, porque hoy te apetece. Y eso si que es genial: la divergencia.

Al final va a ser verdad que los polos opuestos se atraen. Y sino que nos lo pregunten a nosotros, que aún a sabiendas de conocernos, estaba claro que íbamos a escribir algo grande.

No le temo a lo que venga, porque uno nunca camina sólo si en su corazón está ese alguien. No se puede cambiar algo que te gusta justo por ser así. Contrapuntos de la vida.

Te quiero. Cuatro años, y que sean todos los de mi vida.

AV

Cerezas

Sorprender a una gran amiga, en estos tiempos, donde casi todo, normalmente, está dicho es una ardua tarea, pero no me resisto a intentarlo una vez más; como siempre. Deseando verte feliz.

Me resulta especialmente difícil,  y es que cada vez es más complicado escribirte algo que te sorprenda, que te ilusione y que te llene los ojos de lágrimas… aunque no llegues a derramar ninguna debido a tu poder de contención 😉

Has sido la elegida para sobrevivir entre un mundo de vaivenes al comienzo de nuestra etapa como universitarias, has estado en los momentos más duros, desde el inicio, siendo algo más que una compañera.

Hemos crecido juntas durante estos seis años, pero no a nivel físico, sino mental. No sabíamos ni lo que queríamos, pero fuimos capaces de coger nuestra mochila y ponernos manos a la obra cada vez que el destino osaba en desafiarnos. Y sí! Hemos salido airosas de esto. Hemos sabido avanzar después de cada batacazo. Nos daba igual rajarnos las rodillas caída tras caida (porque han sido muchas) porque teníamos un fin y ese fin, justificaba cada medio.

Esta etapa nos ha demostrado, que si de verdad quieres conseguir algo, se puede conseguir. Y sin duda, todos los que alguna vez hayan estado en nuestra situación, saben que es realmente duro estudiar algo que no te gusta, pero que la recompensa después de conseguirlo es extremadamente mayor. Porque no sólo hemos podido vencer el miedo a letras o números, hemos vencido el miedo a que lo que era una gran montaña hoy sea sólo una pequeña piedra.

El futuro, dicen que es de los valientes. Y si es así, no me cabe la menor duda de que tiene que ser nuestro, tiene que ser tuyo. Mereces lograr todo lo que tengas en mente porque eres una persona muy trabajadora a la que no le importa sacrificar nada para conseguir su meta.

Enhorabuena por tu crecimiento como persona, al que me siento realmente unida; ya que esto lo hemos conseguido juntas. Desde el principio hasta el final.

Sweet 24 amiga.

AV